
Lo que me define es mi energía, mi entrega, mis ganas de seguir aportando”
Carmen Navarro
Carmen Navarro nació en Madrid en la década de los 40, mujer casada y con hijos su destino era dedicarse a sus labores, pero eso no iba con ella, nació con sobredosis de determinación y con una gran pasión: la belleza.
Comenzó dando masajes en su casa y hoy cuenta con siete centros de estética repartidos por Madrid, Sevilla y Valencia. Mantenerse en lo más alto 52 años no ha sido tarea fácil, pero sabe que el éxito es ofrecer a sus clientes lo mejor: lo último en tecnología combinado con terapias manuales.
Fue con 30 años cumplidos, y con tres hijos pequeños, cuando decidió abrirse paso en el mundo de la belleza. Usted no se conformó con lo que la sociedad de la época le había reservado. ¿Cómo lo hizo? Con mucha pasión, determinación… y sin mirar atrás. En aquella época, una mujer con hijos y sin experiencia no lo tenía fácil, pero yo tenía claro que quería ayudar a las personas a sentirse mejor. Empecé desde lo más sencillo, formándome y comencé en mi casa a dar masajes, ofreciendo bienestar. Pero el bienestar se convirtió en belleza, y la belleza en una forma de vida. A cada paso, me guiaba una mezcla de intuición y vocación. No me dejé frenar por el “no se puede”.
Más adelante fue pionera en técnicas orientales: acupuntura, shiatsu, reflexoterapia, sofrología…¿No deja nunca de aprender? ¿Las terapias manuales ocupan un lugar importante en sus centros?
Jamás he dejado de aprender. Para mí, la curiosidad es un motor de vida. Siempre he creído que la piel no solo refleja cómo estás por fuera, sino cómo te sientes por dentro. Por eso, desde el principio incorporé terapias que conectan cuerpo, mente y alma. Las terapias manuales siguen siendo el corazón de nuestros centros. Un buen masaje puede cambiarte el rostro, el día y hasta el estado de ánimo.
Las terapias manuales son clave en nuestros centros. La intuición que guía unas manos profesionales no puede ser sustituida por las máquinas. Por eso el trabajo en equipo, combinando los avances tecnológicos con las técnicas manuales es el secreto a la hora de conseguir los mejores resultados.

El centro de Pozuelo es la “joya de la corona, fue inaugurado en 2019 y es un espacio de belleza integral inspirado en la cultura japonesa
En el 2023 celebró 50 años de éxito profesional y cumplidos los 83 años, sigue al pie del cañón, usted parece de esas personas que celebran sus éxitos trabajando. Lo del edadismo no va con usted…
¡Desde luego que no! El edadismo es una forma silenciosa de discriminación que tenemos que desterrar. Yo soy más vital ahora que hace 20 años, porque he aprendido a vivir mejor. El trabajo me llena, me da propósito, y rodearme de gente joven me rejuvenece. No me planteo jubilarme porque disfruto cada día en mis centros, con mis clientas, con mi equipo. Envejecer no significa apagarse, significa transformarse.
En general ¿Nos cuidamos los españoles? Llegamos a la edad avanzada con buen aspecto físico. Cada vez más. La pandemia nos enseñó la importancia de cuidarnos y prevenir. Ya no se trata solo de estética, sino de salud. Las personas entienden que verse bien es sentirse bien, y que cuidarse es también una forma de quererse. Eso me alegra profundamente.
¿Existe algún tratamiento específico en sus centros para personas de 60 y más?
La belleza en la edad madura es armonía, es paz, es luz en la mirada. Se puede y se debe envejecer mejor. Cuidar la piel es una forma de quererse. En nuestros centros, tenemos tratamientos especial- mente pensados para pieles maduras, como Kinesiolifting, o protocolos con radiofrecuencia regenerativa que estimulan el colágeno y devuel- ven firmeza sin agresividad. Siempre desde el respeto a la piel y sin artificios.
Además de Carmen Navarro, ¿qué diferencia a sus centros de estética del resto de centros? ¿Cuál ha sido la clave de su éxito? Háblenos del coaching de la estética.
Lo que nos diferencia es el alma. No somos una cadena, somos una familia de profesionales que acompaña a cada persona desde la escucha y la experiencia. El “coaching estético” es algo que lleva- mos haciendo desde hace años sin llamarlo así: acompañamos, orientamos, educamos en el cuida- do personal. No vendemos tratamientos, construi- mos relaciones de confianza.
Sería el ejemplo perfecto de envejecimiento activo. En su vitalidad y dinamismo tiene algo que ver el ikigai ¿Cuéntenos en qué consiste y cómo ha influido en su vida y en su negocio?
El ikigai es mi brújula vital. Es esa razón por la que te levantas cada mañana con ilusión. Puede parecer un concepto filosófico, pero cuando lo encuentras, todo encaja. Para mí, ha sido fundamental en cada decisión: desde cómo lidero mi empresa hasta cómo me cuido. Hacer lo que amas, aportar valor a los demás y sentirte útil es una fuente infinita de energía.
No puedes estar igual a los 20 que a los 50,
pero sí puedes tener una piel fantástica
a cualquier edad”

Entre su clientela no todos son vips también hay mucho anónimo, ¿una renta media se puede permitir los tratamientos de Carmen Navarro?
Por supuesto. Tenemos protocolos que permiten cuidarse sin necesidad de acudir cada semana. Podemos democratizar la estética sin perder calidad. Todos merecen sentirse bien, y en nuestros centros buscamos siempre adaptar el tratamiento a la persona, no al revés.
En la sociedad en la que vivimos parece que la belleza va asociada a la juventud. ¿Qué pasa cuando cumplimos años? ¿También debemos renunciar a la belleza?
¡En absoluto! La belleza no tiene edad, lo que cambia es la forma en que la entendemos. A los 20 puedes deslumbrar por frescura, pero a los 60 ó 70 deslumbras por seguridad, por elegancia, por autenticidad. Lo importante es aceptarse, cuidarse y sacar lo mejor de uno mismo en cada etapa. La belleza madura es una belleza serena, y eso es profundamente atractivo.
importancia de cuidarse a cualquier edad, para envejecer de la mejor forma posible y sentirse bien con la edad que tengamos en cada momento”
Para finalizar un consejo: cuáles son los 3 principios básicos que Carmen Navarro aconsejaría a nuestros lectores. Un ritual diario que podamos hacer en casa.
Primero: limpieza. Sin una buena limpieza, ningún tratamiento funciona. Segundo: hidratación. Da igual si tienes 20 o 70 años, una piel hidratada es una piel feliz. Y tercero: protección solar. Es el mejor cosmético antiedad que existe. Y si además añadi- mos 5 minutos de automasaje facial cada noche, estaremos haciendo mucho más por nuestra piel que con mil cremas. Constancia, mimo y respeto: esas son las claves.
La clave de su marca es la innovación tecnológica y el trato humano, para Carmen Navarro la belleza en una experiencia única y profundamente personalizada
Algunas claves más se debe guardar Carmen Navarro para lucir tan joven y vital a sus 83 años. Seguro que su pasión por vivir una vida llena de propósitos e ilusión, tiene mucho que ver. Su ikigai personal.

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